Los Vitrales son esa obra de arte que empieza a gestarse
en el momento en que se recibe un encargo. Es entonces cuando
se empieza a pensar en el tipo de vidrio que se va a utilizar,
imaginándolo ya colocado en el lugar para el que va a ser creado,
dibujando mentalmente el diseño antes de pasarlo a papel,
tomando las medidas, cortando el cristal, encajandolo en el plomo
hasta formar el complejo rompecabezas de color que genera
la magia capaz de atrapar la Luz en cada una de sus formas.

viernes, 21 de enero de 2011

Criterios de intervención en vidrieras históricas

Los criterios aplicados en la conservación y restauración de vidrieras históricas son, en líneas generales, los mismos que rigen para cualquier otro soporte artístico.
Las normas aquí expuestas son tan sólo unas recomendaciones de carácter general a tener en cuenta, por lo que es aconsejable la lectura de las principales cartas deontológicas de intervención en Bienes Culturales.

• Trabajo interdisciplinar:
La intervención sobre bienes culturales debe ser enfocada como una actividad en equipo. Todo el proceso de intervención y todas las decisiones adoptadas deberán ser supervisados y aprobados por un equipo de profesionales en áreas afines, suficientemente formados y experimentados, como pueden ser arquitectos, historiadores del arte, restauradores titulados, químicos, biólogos, etc., así como por los propietarios.

• Investigación y estudio:
Toda intervención en Bienes Culturales debe ir precedida de un riguroso estudio de los aspectos más importantes de la obra. Estos incluyen el estudio de los aspectos histórico-artísticos y material-técnicos. El proceso de restauración constituye una ocasión histórica excepcional e insustituible para el estudio detallado de la obra. Los resultados más relevantes de este estudio deben ir incluidos en el Informe Final de la intervención y, de considerarse necesario, ser publicados.

• Respeto y preservación de todos los valores intrínsecos de la obra
Estos valores incluyen tanto los originales como a los adquiridos por la obra con el paso del tiempo. Pueden ser de tipo artístico, estético, iconográfico, documental, histórico, pedagógico, científico, económico, devocional, etc. El entendimiento, la conservación y el respeto por estos valores intangibles de la obra es una tarea de la mayor importancia y debe ser responsabilidad de todos los miembros del equipo encargados de la restauración.

• Respeto y preservación de todos los elementos materiales que conforman la obra
Estos materiales incluyen el vidrio, las capas pictóricas, la red de plomo (también cinta de cobre u hormigón), las estructuras metálicas y el marco de piedra o madera. La conservación y respeto por estos elementos materiales es responsabilidad del restaurador y su eliminación o deterioro puede suponer un grave daño a los valores anteriormente mencionados.

• Criterio de mínima intervención
Todo método o producto conlleva un riesgo potencial para las vidrieras cuyo efecto puede a menudo no ser perceptible hasta pasados unos años. Es preferible saber parar a tiempo y optar por una restauración prudente y contenida, dando prioridad a una conservación adecuada de la obra. Asimismo, la restauración excesiva de una obra puede provocar daños irreversibles que le hagan perder gran parte de sus valores originales o adquiridos.

• Criterio de máxima reversibilidad
Todo método, tratamiento o producto utilizado debe poder ser fácilmente eliminado en un futuro y sin ocasionar daños a los materiales originales. Si desconocemos el comportamiento de algún producto o la efectividad de algún método a largo plazo, es preferible optar por otro más seguro.

• Reintegración de lagunas
Este es uno de los aspectos más delicados en toda intervención. Debemos detenernos allí donde carezcamos de documentación y comience la hipótesis y la inventiva. Todas las nuevas adiciones deberán guardar una armonía y equilibrio en color, tono, textura, material, forma y escala con respecto a los materiales originales y deberán estar firmadas, datadas y ser reconocibles sin dificultad. Deberán asimismo mantenerse en un discreto segundo plano sin llegar a destacar más que el original.

• Limpieza
Este es otro aspecto muy controvertido de la restauración. Por tanto, y como regla general, la limpieza de una vidriera debe ser adoptada, en un primer lugar, como una medida de conservación, cuyo objetivo es el de detener o al menos ralentizar el proceso de deterioro originado por la presencia de capas de suciedad o productos de deterioro y, en segundo lugar, como un intento de recuperar translucidez. Todo tratamiento de limpieza es irreversible y debería ir precedido de la realización de pruebas de limpieza discretas, puntuales y representativas, comenzando gradualmente por los métodos menos dañinos y avanzando, de ser necesario, hacia aquellos potencialmente más agresivos. Antes de cualquier limpieza, hemos de prestar especial atención a la posible presencia de pinturas en frío o desprendidas y pátinas de envejecimiento e inscripciones.

• Nuevos materiales
El uso y la aplicación de nuevos y modernos materiales en la obra debe ir precedido de un profundo conocimiento sobre sus propiedades, comportamiento y longevidad. Los nuevos materiales introducidos en la obra deben ser compatibles física-, química- y estéticamente con los originales, no ocasionarles daño alguno, ser reversibles, adaptarse a ellos en la medida de lo posible y no deteriorarse más rápidamente que éstos.

• Documentación detallada del proceso de intervención
La documentación escrita detallada de todos los métodos, materiales y productos utilizados durante el proceso de intervención, así como la documentación gráfica y fotográfica del proceso de intervención y del estado de la obra antes, durante y después de la intervención es una tarea necesaria e ineludible que aporta una información de gran valor. La correcta conservación de esta documentación es asimismo responsabilidad del restaurador.

• Conservación preventiva
La correcta conservación de toda obra es un aspecto prioritario y preferente a la restauración de la misma. La medida de conservación más eficaz es, hoy por hoy, la protección de la obra mediante un adecuado sistema de acristalamiento exterior del tipo isotérmico, cuyo correcto funcionamiento debería ser supervisado regularmente. Asimismo, es importante el control de todos los posibles factores de deterioro, como la intensidad de los rayos UV e IR procedentes de la luz natural o artificial, la presencia de gases contaminantes, los niveles de temperatura y humedad, la ventilación en el edificio, etc.

• Mantenimiento e inspecciones regulares
Toda vidriera histórica debería ser sometida a una inspección de control y mantenimiento regular, a fin de corregir a tiempo cualquier anomalía que pudiera presentarse y evitar que el daño vaya a más. Estas inspecciones, que deberían ser realizadas por expertos en la materia, son la manera más eficaz para garantizar una mejor conservación de la obra y evitar de esta forma restauraciones innecesarias.

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